February was intense and was clearly divided into 2 moments for me: the first one being the opening of two very important exhibitions at work and the reopening of the venue where the galleries are held; the second one being my trip to Madrid.

Work was hectic and chaotic, as any opening of an exhibition in the works for over many years is. My boss had been working on the Eric Ravilious exhibition for over 3 years and over the last few months, our whole work lives were dedicated to doing this exhibition. We had paired this exhibition with Deirdre Wood's textile, she is a Winchester-based artist who is amazing and oughts to be recognised more for her talent and just excellence in textile craft and theory. The Ravilious exhibition was curated by James Russell, a Bristol-based curator who has been studying Ravilious' work and his contemporaries for quite a while. He is not only talented but just a really good person. He is positive, funny and has a contagious can-do attitude. And he is just human. Even though he is probably the most famous Ravilious scholar in England at the moment, he still recognised the responsibility to present Eric's work to the many fans and visitors yet to discover his work. This is one of the first times that I had actually seen a curator really openly acknowledging during an installation the huge responsibility behind making a show, I was really happy I could witness that moment, I really admire those who know of the power of exhibitions. This moment, being able to work with the genius of Deirdre, working with my two fellow technicians and just witnessing Kirsty (my boss)'s craft in exhibition-making, made me fall in love again with my work.

I went to Madrid, as a result of an invitation from Argentinian curator Natalia Albanese, alongside 2 fellow curators: Valentina Gutierrez and Sandra Dinnendahl. Having the opportunity to go to Madrid was particularly special because it was also the chance for me to see two very dear friends, Solange and Sandra. Seeing Solange gave me a renowned sense of energy to continue the year, I was just filled with love and care whilst staying at their home and it just made me feel loved. Madrid is an incredible city, it is dark and colonial, just as much as it is trying its best to break away from colonial discourse and is the space for dissent. There is an incredible energy that emerges from this friction in the city, some spaces like Vallecas neighbourhood, feel amazing, unique and just like a breath of fresh air. Staying at Vallecas reminded me that the reason I want to work in the arts is that I believe in life, I really do and I continue to want to do so. For a moment, I really thought and felt that Madrid was the place for me. For a moment, for that amazing week, I really was one with Madrid. I am also certain that this feeling of being convinced that this was my chosen city is because of Mishaja's, Solange's companion in life. This magnificent cat just took my heart, they still got pieces of it with themselves.

El mes de febrero fue intenso y se dividió claramente en dos momentos para mí: el primero, la inauguración de dos exposiciones muy importantes en el trabajo y la reapertura de la sede donde se encuentran las galerías; el segundo, mi viaje a Madrid.

El trabajo fue agitado y caótico, como lo es cualquier inauguración de una exposición en la que se trabaja desde hace muchos años. Mi jefe llevaba más de 3 años trabajando en la exposición de Eric Ravilious y en los últimos meses toda nuestra vida laboral estaba dedicada a hacer esta exposición. Habíamos emparejado esta exposición con la de Deirdre Wood, una artista afincada en Winchester que es increíble y que debería ser más reconocida por su talento y su excelencia en la artesanía y la teoría textil. La exposición de Ravilious fue comisariada por James Russell, un comisario afincado en Bristol que lleva bastante tiempo estudiando la obra de Ravilious y sus contemporáneos. No sólo tiene talento, sino que es una buena persona. Es positivo, divertido y tiene una actitud contagiosa. Y es simplemente humano. A pesar de ser probablemente el estudioso de Ravilious más famoso de Inglaterra en este momento, reconoció la responsabilidad de presentar la obra de Eric a los numerosos aficionados y visitantes que aún no han descubierto su trabajo. Esta es una de las primeras veces que he visto a un comisario reconocer abiertamente durante una instalación la enorme responsabilidad que hay detrás de la realización de una exposición, me alegré mucho de poder ser testigo de ese momento, realmente admiro a aquellos que conocen el poder de las exposiciones. Este momento, poder trabajar con el genio de Deirdre, trabajar con mis dos compañeros técnicos y simplemente presenciar el oficio de Kirsty (mi jefa) en la realización de exposiciones, me hizo volver a enamorarme de mi trabajo.

Fui a Madrid, a raíz de una invitación de la comisaria argentina Natalia Albanese, junto a 2 compañeras comisarias: Valentina Gutiérrez y Sandra Dinnendahl. Tener la oportunidad de ir a Madrid fue particularmente especial porque también fue la oportunidad de ver a dos amigas muy queridas, Solange y Sandra. Ver a Solange me dio una reconocida sensación de energía para continuar el año, simplemente me llené de amor y cuidado mientras me quedaba en su casa y simplemente me hizo sentir amada. Madrid es una ciudad increíble, es oscura y colonial, al igual que se esfuerza por romper con el discurso colonial y es el espacio de la disidencia. Hay una energía increíble que emerge de esta fricción en la ciudad, algunos espacios como el barrio de Vallecas, se sienten increíbles, únicos y simplemente como un soplo de aire fresco. Estar en Vallecas me recordó que la razón por la que quiero trabajar en las artes es que creo en la vida, realmente lo hago y sigo queriendo hacerlo. Por un momento, realmente pensé y sentí que Madrid era el lugar para mí. Por un momento, durante esa increíble semana, fui realmente uno con Madrid. También estoy segura de que esta sensación de estar convencida de que ésta era mi ciudad elegida se debe a Mishaja, la compañera de vida de Solange. Esta magnífica gata se llevó mi corazón, y aún así se quedó con trozos de él.